Su llegada a Luxor, la antigua Tebas, no ha decepcionado. Al bajar del jet Falcon 900 con el que han viajado desde París -el avión se lo ha prestado el financiero millonario Vincent Bolloré, el mismo que le dejó su yate en Malta justo después de su victoria electoral- el presidente iba descorbatado, con las Ray-Ban puestas, el teléfono móvil en una mano mientras con la otra cogía de Carla, ella totalmente vestida de negro, con un jersey con escote de pico.
El ministro de Cultura egipcio ha montado a la parejita un apretado programa de visitas turístico-culturales para los próximos dos días, los que pasarán alojados en el Old Winter Palace, un suntuoso hotel que, en su día, ya acogió a otro presidente francés, Valèry Giscard d’Estaing, mientras François Mitterrand prefería el Old Cataract, en Assuan.
El día 27 Carla y Nicolas se reunirán con el ministro Bernard Kouchner y su compañera, la periodista televisiva Christine Ockrent, en una mansión junto el mar Rojo, propiedad del jeque de Abu Dabi, y vecina de la estación turística egipcia de Charm el-Cheik, que en 2005 fue escenario de un grave atentado por parte del terrorismo islámico. Y luego, el día 30, fin de esas vacaciones de lujo para viajar a El Cairo, ya en visita oficial con entrevista prevista con el presidente egipcio, Hosni Mubarak. Y el día 31 Nicolas Sarkozy, ya en París, pronunciará el tradicional mensaje de fin de año.
En su momento la pasión de Sarkozy por el lujo, su descarada exhibición de riqueza, sorprendió, pero aún más el que aceptase los regalos de un financiero como Bolloré, que tiene acciones en cadenas de televisión y prensa, entre otros muchos sectores. El conflicto de intereses no queda lejos.
Nicolas y Carla subieron al jet privado en un hangar del aeropuerto de Le Bourget, al amparo de las cámaras. Otras nueve personas -entre ellas dos hijos del presidente y la madre de éste- formaban parte de la comitiva.
Al llegar a Egipto fueron recibidos en medio de grandes medidas de seguridad. La comitiva en la que viajaron hasta el hotel constaba nada menos que de 16 coches. El presidente Sarkozy, imbuido de su nuevo estatus de personalidad del mundillo del famoseo, se apeó del vehículo y saludó con la mano a los turistas que paseaban ante la puerta del hotel. El precio de las habitaciones del Old Winter Palace es de 1.100 euros la noche.